IDL DEFENDIÓ A TERRORISTAS Y FUE VERDUGO DE MILITARES





Recibe ingente cantidad de dólares del exterior y cuenta con red propagandística a escala nacional.

Manipuló opinión pública a base de desinformación y quebró binomio pueblo - fuerzas armadas.

Para la difusión de la ideología nacional socialista. Joseph Goebbels – quien sin duda poseía dotes de operador psicológico – se apoyó en “Psicología de las Masas”, la obra de Gustav Le Bon y en la experiencia de los odiados socialdemócratas de Viena, que mediante mensajes movilizadores (MM) lograron la aceptación mayoritaria de los austriacos en las elecciones de 1933.

Así, mientras la SS y la Gestapo ametrallaban a sus “enemigos políticos” (ciudadanos judíos) y cometían atrocidades, Goebbels y su gigantesco aparato propagandístico reprogramaba la mente de los alemanes, que llegaron a endiosar a Adolfo Hitler, maniático que pudo llevar a nuestra especie a su destrucción.
Guerra psicológica

Esa misma técnica, pero acorde con nuestro tiempo, la aplicaron ciertas ONG identificadas como el brazo legal de Sendero y el “Movimiento Revolucionario Tupac Amaru” (MRTA), valiéndose de “senderólogos” y columnistas de inclinación izquierdista con tribuna en medios de comunicación de esa misma línea política, pero especialmente de la poderosa red del Instituto de Defensa Legal (IDL) con el único objetivo de perseguir y encarcelar a militares y policías que ejecutaron Operaciones Especiales de Inteligencia en el marco de una guerra atípica (asimétrica) frente a un enemigo invisible.

Lo consiguieron tras una campaña incesante bajo la hipótesis de los “abogados demócraticos” y de personajes que, de ser ilustres desconocidos, terminaron ocupando curules en el Congreso, quienes señalaban que durante el gobierno de Alberto Fujimori se ejerció un ” terrorismo de Estado”.

Ciertas ONG involucradas en la “cacería de brujas” consiguieron que malos miembros de las fuerzas antisubversivas, temerosos de acabar en prisión, dieran información distorsionada, documentos, informes y planes operativos que se convirtieron en el arma que determinó el encarcelamiento de miles de efectivos que contribuyeron a la derrota de las redes terroristas.

Consultores del Terrorist Incident Working Group(Grupo de Trababajo sobre Incidentes Terroristas) norteamericano indican que durante el régimen del prófugo exmandatario Alejandro Toledo Manrique se registraron remesas por 606 millones de dólares ( 1,957 millones de soles al cambio de esa época) a las ONG que operan en el Perú.

De otro lado, la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) calculó que el dinero recibido en ese período y que por ley su uso no puede ser materia de investigación por el Estado, sobrepasó los 700 millones de dólares, utilizados mayormente en la guerra psicológica contra las fuerzas militares, policiales y ronderos.

“Así lograron destruir la alianza pueblo – fuerzas armadas que fue vital en la lucha contra el terrorismo”, afirma José Páez Warton, estratega del desactivado Comando del Frente Interno (COFI) del sector Defensa.

De otro lado, el analista Elvis O. Montano señala que a esa campaña se unió el mega especulador internacional George Soros – el del millón de dólares para la campaña de Alejandro Toledo – quien a través de su ONG Open Society Foundation habría contribuido con una importante suma de dinero en la campaña de desprestigio a las fuerzas del orden por parte de las ONG de derechos humanos y fundamentalmente con IDL.

La información habría sido conseguida por un grupo de audaces hackers que traspasaron la seguridad encriptada de los archivos.

La guerra psicológica emprendida por las ONG de la secta caviar no es nada nuevo. Las filípicas de Demóstenes o las catilinarias de Cicerón también lo fueron, el concepto quedó claro en el siglo XVII cuando el Papa Urbano VIII estableció la denominada “Congregatio de propaganda fide”, que consistió en instruir a los misioneros en cómo diseminar la fe católica, explica Páez Warton.

Sin embargo, – agrega – jugó un papel importante durante la Revolución Francesa, en que sus promotores mediante mensajes movilizadores introdujeron en el cerebro de las masas la ideología revolucionaria alcanzando los niveles requeridos de percepción política que condujo la movilización del populacho contra la nobleza.
Red de hostigamiento

Con la llegada a Palacio de Gobierno de Valentín Paniagua y posteriormente del impresentable Alejandro Toledo, la poderosa red del Instituto de Defensa Legal (IDL), que hoy tiene como su prominente guía a Gustavo Gorriti, se encargó -bajo el pretexto de defender los derechos humanos y la democracia- de hostigar sin tregua a los mandos e institutos militares, especialmente al Ejército y a la PNP.

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