El caso ocurrió el 2017. El trabajador despedido tenía como función supervisar el sistema de difusión y motores de molino de producción. Además, el empleado ya tenía en su historial cuatro suspensiones previas, alguna de las cuales se extendió hasta por cinco días sin goce de haberes.
El empleador, para sustentar su posición, presentó una serie de fotos que demostraron que el trabajador yacía en su puesto con una postura de descanso, con los ojos cerrados y con lentes puestos. Si bien esto crea un precedente, expertos señalan que casos similares llevados a los tribunales no tendrían que terminar necesariamente con el despido del empleado, pero el riesgo ciertamente existe.
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