LAS VERDADERAS ACOSADAS




Por: The Pilot 

A raíz de la denuncia de una congresista contra un periodista que posteó fotos en Facebook con comentarios no insultantes, The Pilot reclama que atiendan casos que sí son comprobados.


Últimamente se menciona demasiado la palabra acoso. Cuando oigo esa palabra no pienso en Marisa Glave, sino en las verdaderas acosadas y estas son Keiko Fujimori, Rosa Bartra y Leyla Chihuán, entre otras mujeres que hasta el día de hoy (y es sencillo comprobar cada palabra que digo), son víctimas de ciberacoso y acoso psicológico.

Sólo basta darle una mirada a portales virtuales como No a Keiko, Útero y La Mula, entre otros, para darse cuenta que esta intimidación lleva años y de manera persistente, que esos portales (en especial No a Keiko), tienen una fijación enfermiza con ella y toda mujer afín a sus ideas.

Tener una opinión política discordante con una mujer es una cosa. Hay formas sanas de expresarlo por un medio informativo, formas que incluso pudiendo ser duras o acérrimas, no deriven en agravios sino más bien en argumentos civilizados. Recurrir al ciberacoso no sólo refleja insania mental por parte de estas páginas y personas detrás, sino también cobardía, pues esconderse tras un teclado para ridiculizar a una mujer como lo hacen esos portales.

No es de hombres sino más bien de cobardes, tan cobardes como Carlos Galdós, quien dejó en claro el verdadero significado de misoginia al insultar y atacar (¡Vaya coincidencia!), a Keiko Fujimori.

 Mención especial la del “caricaturista” ‘Carlín’, quien en conjunción con esos portales y el diario La República, durante mucho a años viene ridiculizando y denostando a Keiko Fujimori y a varias mujeres de su partido. Es extraño que, como caricaturista, en lugar de retratar a los actores de gobierno, se encargue casi exclusivamente a retratar a sus opositores, que no son gobierno. Extraño, muy extraño.

Sobre el caso Leyla Chihuán, el tema fue más allá pues hace algunos meses: un “espontáneo” se grabó a si mismo insultándola al interceptarla cuando ella se disponía a recoger del colegio a su menor hijo -¿dijeron algo el Ministerio de la Mujer y la Defensoría del Pueblo sobre la molestia al niño?-, para después subir dicho material al Internet, viralizándolo.

Recuerdo claramente, que por aquel entonces, muchos peruanos calificaron al sujeto como “héroe nacional”. Yo lo llamaría más bien “cobarde nacional”, pues dudo que alguno de nuestros reales héroes, por ejemplo Miguel Grau “El caballero de los mares”, hubiera aprobado acciones tan repudiables como las de aquel sujeto, un músico llamado Piero Brescia.

Sobre el caso Rosa Bartra, las palabras quedan cortas para describir semejante abominación de caricatura, en ese caso no sólo es ciberacoso y acoso psicológico, sino una clara apología al acoso sexual y la violencia.

La congresista fue retratada moreteada y con el ojo ensangrentado recibiendo un beso por parte de Daniel Salaverry. ¿A qué clase de maniático psicópata se le habrá ocurrido semejante cosa? Ah, sí. Al semanario “Hildebrant en sus trece”, donde la ridiculización a mujeres fujimoristas es una constante. No hay duda que nuestra sociedad está muy enferma.

El “caso” de Glave, al lado de esto, queda desbaratado. En lo personal, no lo considero acoso sexual, como fue denunciado. Sin embargo, sí lo veo como una malcriadez aquella sorna, que por fortuna cesó y deben darse las reiteradas disculpas, de ser posible en persona.

Lo que si veo muy mal es que casos que no califican como acoso de ese carácter, sean utilizados para generar un enorme ruido político, cuando por el otro lado frente a los sucesos de acoso contante y sonante, mencionados líneas arriba, la prensa mermelera es ciega, sorda y muda.

La búsqueda de justicia no debe ser selectiva. Se les defiende a todas o a ninguna, por igual, a las cercanas al gobierno de turno y a las opositoras. Mientras sigan atacando mediante un ciberacoso sistemático a todas estas mujeres, tengámoslo muy claro, no podremos hablar de un país respetuoso ni mucho menos sano.

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