El caso del aún Director Regional de Educación Yulino Milla Salas, remeció la gestión del gobernador don Ricardo Chavarría y es que la acusación y denuncia contra el titular de la DRELP en un tema tan sensible como es la acusación por presuntos tocamientos indebidos contra una menor, es un pésimo antecedente que le quita autoridad moral, en un sector tan álgido como es la educación en la región Lima.
Y si bien es cierto Yulino Milla se ha defendido mostrando un documento de la Corte Superior de Justicia del Santa, que manda archivar la denuncia en su contra por “inconsistencias”, hoy con todos los actos de corrupción que se han descubierto al interior del Poder Judicial, ese archivamiento con un argumento tan débil no es creíble para la opinión pública, pues lo que la gente piensa que hubo algún "arreglo" por debajo de la mesa para evitar que el hoy Director Regional de Educación fuera sentenciado culpable.
Yulino Milla da mucho que pensar por sus actitudes, que no lo ayudan para nada a limpiar su nombre, pues en primer lugar el hecho de ocultar este grave antecedente penal, lo pinta de cuerpo entero como un sujeto ambicioso que no reparó en nada con tal de acceder al cargo, su defensa tan penosa ante estas circunstancias, cuando se justifica tontamente argumentando que nadie le pidió sus antecedentes penales en lugar de hacer creíble su inocencia, lo dejan como un mentiroso por conveniencia.
Si por un cargo este señor es capaz de mentir, podemos pensar que es capaz de otras atrocidades con tal de conseguir lo que quiere. Don Ricardo Chavarría ya no puede confiar en Yulino Milla, no le queda más que retirarlo del cargo por haber mentido a todos los que confiaron en su persona, obviando astutamente, dar a conocer este proceso penal que pesaba en su contra, todo por la ambición de ostentar un cargo público de confianza, hecho que ha causado una crisis en la gestión regional que busca representar la honestidad .
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