ACUERDO CON ODEBRECHT Sí, TRAICIÓN A LA PATRIA NO.


"La ceguera de un pueblo que busca justicia ha avalado el robo más grande de la historia, llevados por las narices de una prensa mayoritaria que defiende a su patrón", afirma columnista Ricardo Osores Plange.

Despierta peruano, queremos la verdad sin que violenten nuestra dignidad.

El Perú merece saber la verdad, en un escenario donde al parecer tendremos que comprarnos nuestra canchita y esperar el día del juicio final antes de ver a conspicuos personajes tras los barrotes. Pueden tomar unas gratas vacaciones sin retorno pues nunca verán a PPK en prisión, menos a la prima de Allan Wagner, el caserito de Canal N, defensor de principios o de una doble moral ¿quién lo sabe?.

José Graña pasó por prisión 20 días, luego fue liberado. No se le ha impuesto siquiera una orden de impedimento de salida, a renglón seguido su empresa y otras fueron sustraídas del juicio de la Interoceánica por orden judicial firme en segunda instancia, sentencia prevaricadora a favor del poder de los guantes blancos.

Toledo nos dice: “Salud Cabana”, tierra peruana donde nació este cholo dizque sagrado el cual se vendió como el hombre del pueblo pero acabó como un gran ratero. El cholo sagrado de la cutra engañó a la gente de los 4 suyos acompañados por el popular Gustavo Gorriti.

Villarán y todo su entorno, involucrados en robos multimillonarios. Yuca para el pueblo entero, las garrapatas están incrustadas en el sistema protegiendo a quienes han vejado a la Patria, donde no se abren y menos se mueven los procesos judiciales. No les interesa hacerlo, hay demasiados apellidos en juego, gente que nunca pisará el hotel, salvo pececitos muy pequeños para saciar la justicia de un pueblo engañado vilmente.

Humala, con suerte, es candidato a irse preso pero no será mañana, Nadine corre igual suerte; en tanto que de Verónica Mendoza, su letra está en las agendas de Nadine pero no han sido sometidas a peritaje alguno como parte de una complicidad para no tocar a todo un tinglado de sanguijuelas protegidas por la corrupción y desde la corruptela.

El Perú merece saber la verdad, es necesario firmar un acuerdo pero no de rodillas en un acto de traición a la Patria, donde el Perú es el delincuente y Odebrecht un santo en vías de canonización.

El Perú tiene que tener la decencia de darles una patada en el culo con destino a Marte. No se le puede volver a entregar las llaves de la casa a quien robó y violó en nuestra propia Patria.

Nadie nos va a devolver lo sobrevalorado. El pueblo cayó en la trampa, los poderosos han ganado la partida. Al final del día, la ceguera de un pueblo que busca justicia ha avalado el robo más grande de la historia, llevados por las narices de una prensa mayoritaria que defiende a su patrón.

Saquen ustedes mis queridos lectores sus propias conclusiones, hasta la próxima.

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