LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA: TRABAJADORES DE SANTA ROSA Y QUIPICO YA COBRARON JULIO CON TODOS SUS BENEFICIOS


En tanto, en Andahuasi siguen con la tensión y se mantienen impagos

Lados opuestos. Uno muestra el pro, en tanto que el otro, el contra de un mismo escenario: la azucarera Andahuasi. Así se ve reflejado en este momento la referida empresa. Mientras por un lado, una administración seria, responsable y con alto sentido técnico trae consigo que sus trabajadores tengan salud, bienestar, además que se les cumplan todos los beneficios salariales; en el otro lado aún se vive con una tensión provocada por diversos factores: la crisis del azúcar por la caída de su precio, el conflicto societario, presuntos malos manejos y sumado a ello la incertidumbre por el cumplimiento de sus pagos, que son el sostén de sus familias.

En Santa Rosa y Quipico, que están bajo la administración del Grupo Wong, ayer se cumplió con el pago de las remuneraciones correspondientes al mes de julio. Y esto se logra porque hay un manejo empresarial de profesionales que ya dejaron atrás el conflicto y la soberbia; pero que al mismo tiempo son apoyados por trabajadores que igualmente se olvidaron de la resistencia por un mejor porvenir. El resultado: mejores condiciones de vida. En tanto, en el lado de Andahuasi, donde está la planta azucarera y que actualmente está bajo el control de Greco Quiroz y César Lupuche, las cosas no parecen ir como ello lo esperaban.

Y eso se puede evidenciar tras un comunicado que ellos mismos hicieron público y en el cual dieron cuenta de una reorganización administrativa y financiera de la empresa. Y es que para nadie de los que está en el rubro es desconocido la crisis mundial del azúcar. El bajo precio por la sobreoferta, la tendencia de los productos “light” con bajo contenido de azúcar que hace que menos gente consuma productos azucarados, la sobreimportación; entre otros factores hace tambalear a cualquier compañía. Si se suma a esto un conflicto, como el que existe en Andahuasi, el futuro no es nada alentador.

En la actualidad, el ingenio no registra un ingreso adecuado de caña, que es el principal insumo para producir azúcar. De allí deviene todo lo demás: al estar escaso este insumo, no hay una producción óptima y en consecuencia no completan las cifras económicas suficientes para cumplir los compromisos empresariales, llámese pago de trabajadores, pago de beneficios sociales, pago a proveedores, etc. En un escenario de este tipo, es lógico que se generen tensiones, que incluso podrían traer consecuencias lamentables.

Pero lo peor es que esas consecuencias la pagan injustamente quienes no provocaron esta crisis, sino por el contrario, abrigan una esperanza de que se aperturen nuevas posibilidades para hacer frente a un problema que por más de 9 años está llevando al abismo a una empresa emblema del valle Huaura-Sayán y reconocida en todo el país.

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