Por: Angella Changanaqui Portilla.
Las Elecciones Regionales y Municipales se encuentran cada vez más cerca, escasos tres meses nos separan del domingo 7 de octubre, donde la población elegirá a sus representantes para los próximos cuatro años. Pero a la fecha, ¿Somos realmente conscientes del carácter determinante que lleva inmerso nuestro voto?
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) mediante Resolución N° 161-2018-JNE aprobó el padrón electoral que será empleado para estas elecciones. La mayoría del electorado está compuesto por mujeres, y a su vez, por jóvenes menores de 30 años, siendo el total de electores 23,375,001 de los cuales 524,278 cumplen la mayoría de edad hasta el día de la elección. Evidentemente existe una cantidad muy importante de jóvenes que votarán por primera vez, de quienes dependerá el cambio de curso de la historia y el rumbo que llevará a nuestro país a distintas formas de superación política, económica y social de cara al bicentenario.
Sin embargo, somos conscientes de la existencia de una crisis de representación política generada por distintos factores, la corrupción, el lavado de activos, la minería ilegal, la trata de personas y tantos otros delitos y malas acciones que han logrado con el tiempo, el desprestigio, la desconfianza y la desvinculación total de la población con la política, sobre todo de la juventud, lo que resulta totalmente preocupante ya que el Perú exige a gritos renovación de cuadros que se la jueguen por servir y lograr el desarrollo para los más vulnerables con justicia social y ambiental.
Respecto a nuestra realidad local, Huacho ciudad hospitalaria, sufre diversos males que a pesar del tiempo y de las gestiones que han transitado por la comuna provincial, siguen siendo puntos críticos y eternas promesas de candidatos. La corrupción, la inseguridad ciudadana, el comercio informal, el desorden del transporte, el deficiente acceso a servicios básicos, la formalización de la propiedad, la falta de promoción de desarrollo urbano y territorial, la escasa visión de futuro para crear una ciudad sostenible y de diversificación productiva, entre otras problemáticas que deben ser solucionadas con capacidad política y técnica pero fundamentalmente con la participación activa de la población, la cual exija una gestión transparente , de rendición de cuentas, de capacidad y honestidad donde, definitivamente, el rol de los jóvenes resulta crucial para el proceso de desarrollo.
Muchos de nuestros jóvenes conocen muy poco de las elecciones que se llevarán a cabo en octubre de este año, de la lista de candidatos, las hojas de vida, los planes de gobierno y, peor aún, muchos han sido víctimas del aprovechamiento de movimientos o partidos políticos que utilizan a la juventud sólo de manera formal respecto a la cuota del 20% que exige la normativa electoral para "completar listas"; asimismo, la fuerza juvenil es utilizada muchas veces en trabajos meramente operativos, como el pintado de paredes, la repartición de volantes o de “comando de redes sociales”, siendo simplemente ejecutores de disposiciones ya emitidas por los "dueños" de las organizaciones, ante ello, es nuestro deber como jóvenes empezar en la lucha de reivindicar nuestros espacios de participación política, activismo y preparación técnica a efectos de tomar la posta y sacar a nuestra provincia del estancamiento en que se encuentra sumergida.
¡QUE NO NOS ENGAÑEN!
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) mediante Resolución N° 161-2018-JNE aprobó el padrón electoral que será empleado para estas elecciones. La mayoría del electorado está compuesto por mujeres, y a su vez, por jóvenes menores de 30 años, siendo el total de electores 23,375,001 de los cuales 524,278 cumplen la mayoría de edad hasta el día de la elección. Evidentemente existe una cantidad muy importante de jóvenes que votarán por primera vez, de quienes dependerá el cambio de curso de la historia y el rumbo que llevará a nuestro país a distintas formas de superación política, económica y social de cara al bicentenario.
Sin embargo, somos conscientes de la existencia de una crisis de representación política generada por distintos factores, la corrupción, el lavado de activos, la minería ilegal, la trata de personas y tantos otros delitos y malas acciones que han logrado con el tiempo, el desprestigio, la desconfianza y la desvinculación total de la población con la política, sobre todo de la juventud, lo que resulta totalmente preocupante ya que el Perú exige a gritos renovación de cuadros que se la jueguen por servir y lograr el desarrollo para los más vulnerables con justicia social y ambiental.
Respecto a nuestra realidad local, Huacho ciudad hospitalaria, sufre diversos males que a pesar del tiempo y de las gestiones que han transitado por la comuna provincial, siguen siendo puntos críticos y eternas promesas de candidatos. La corrupción, la inseguridad ciudadana, el comercio informal, el desorden del transporte, el deficiente acceso a servicios básicos, la formalización de la propiedad, la falta de promoción de desarrollo urbano y territorial, la escasa visión de futuro para crear una ciudad sostenible y de diversificación productiva, entre otras problemáticas que deben ser solucionadas con capacidad política y técnica pero fundamentalmente con la participación activa de la población, la cual exija una gestión transparente , de rendición de cuentas, de capacidad y honestidad donde, definitivamente, el rol de los jóvenes resulta crucial para el proceso de desarrollo.
Muchos de nuestros jóvenes conocen muy poco de las elecciones que se llevarán a cabo en octubre de este año, de la lista de candidatos, las hojas de vida, los planes de gobierno y, peor aún, muchos han sido víctimas del aprovechamiento de movimientos o partidos políticos que utilizan a la juventud sólo de manera formal respecto a la cuota del 20% que exige la normativa electoral para "completar listas"; asimismo, la fuerza juvenil es utilizada muchas veces en trabajos meramente operativos, como el pintado de paredes, la repartición de volantes o de “comando de redes sociales”, siendo simplemente ejecutores de disposiciones ya emitidas por los "dueños" de las organizaciones, ante ello, es nuestro deber como jóvenes empezar en la lucha de reivindicar nuestros espacios de participación política, activismo y preparación técnica a efectos de tomar la posta y sacar a nuestra provincia del estancamiento en que se encuentra sumergida.
¡QUE NO NOS ENGAÑEN!
Por: Angella Changanaquí Portilla
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