AZUCARERA ANDAHUASI AL BORDE DE LA QUIEBRA.



Se veía venir. Los malos manejos por parte de su administración, el colapso financiero generado por el bajo precio del azúcar, la sobreoferta, la importación del producto; sumado a ello el conflicto societario que atraviesa durante más de nueve años, comienza a reflejarse en la empresa agraria azucarera Andahuasi que atraviesa el peor momento de su historia.

Ya no se ha podido ocultar y esto ha quedado evidenciado tras unas medidas que han tenido que adoptar los que se encuentran administrando la planta azucarera. Reorganización de la empresa, tanto en lo administrativo como en lo financiero, indica un comunicado, pero sin apartarse de su estilo quieren poner al gato de despensero. Es decir, quienes ocasionaron toda esta crisis, prometen ser ahora los “salvadores” de algo que viene experimentando una caída insostenible.

La reorganización estaba cantada, ya que en todo este tiempo no se ha logrado superar el modelo cooperativista para migrar a una reingeniería empresarial que les posibilite entrar en mejores condiciones al mercado competitivo y globalizado del azúcar. Han sido 9 años donde solo se han ocupado de ganar una batalla legal, para lo cual han tenido que gastar algo más de 25 millones de soles, una cifra astronómica para una empresa en crisis. Pero lo que es peor, y lo admiten, es que no se han dado resultados.

Son los propios trabajadores quienes hacen manifiesta su preocupación ya que desde meses atrás se está pagando con dificultad las planillas. Ahora, en este mes, tendrá que pagarse doble sueldo por el aguinaldo. Al no poder cumplir con las obligaciones, el propio apoderado general, César Lupuche, ya habría adelantado en una reunión con los jefes de área que no se renovará contrato al personal que termina su vínculo laboral. Lo mismo ocurriría con el personal de seguridad a quienes se les ha informado que habrá reducción de personal. La etapa de austeridad obligará a otras cosas, pero lo que llama la atención de los trabajadores es que siguen los pagos excesivos para algunos directivos, para los que la austeridad no les alcanza.

Hay un clima de desconfianza entre los trabajadores, más aún cuando se conoce las cifras globales de lo que está pasando en países vecinos con la industria azucarera. Sin ir tan lejos, en Argentina se vive una crisis y ya han cerrado fábricas, se reducen las plantas de producción y se despide a cientos de trabajadores, dejando a varias familias en la calle.

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