“Para 2018, el presupuesto del Congreso pasó de S/711 millones a S/709 millones. Rebaja mínima para un país que se declara en austeridad (apenas 0.28%), pero parece razonable que al menos no crezca”.
Según la consulta amigable del MEF, el presupuesto del Congreso pasó de los S/616.7 millones aprobados en 2016 para el ejercicio 2017 a un presupuesto final de S/711 millones. Un incremento de 15.3% que representan S/103 millones extra que se asignaron a los rubros de “donaciones y transferencias” (S/83.6 millones) y “otros” (S/10.6 millones).
Entre otras posibles explicaciones, eso pasa cuando no hay cómo justificar el meter más dinero en el presupuesto a mediados de año. En agosto de 2016, por ejemplo.
Para 2018, “otros” y “donaciones” volvieron a la “normalidad”.
Para 2018, el presupuesto del Congreso pasó de S/711 millones a S/709 millones. Rebaja mínima para un país que se declara en austeridad (apenas 0.28%), pero parece razonable que al menos no crezca (por ahora: su presupuesto puede crecer durante el resto del año).
Y entonces, uno se fija en el incremento de los gastos de “personal y obligaciones”: pasaron de S/379 millones en 2017 a S/440.5 millones este año. Es decir que, con respecto al monto aprobado para 2017, el Congreso se aumentó el presupuesto en S/91 millones (16% más).
¡Y de eso, S/61.5 millones fueron solo para contratar gente! Tremendo empleador el Congreso.
La mañana de ayer, Kenji decía en el programa de Rosa María Palacios: “Yo no me siento seguro dentro de las instalaciones del Congreso. Han contratado a más de 600 personas, yo no sé con qué fin”.
Alguien dirá que este Congreso gasta 61 millones más en personal porque hay más comisiones y más trabajo que hacer. Un par de ejemplos: la comisión Lava Jato no encuentra nada aún y hace cinco sesiones que la Comisión de Levantamiento de Inmunidad Parlamentaria no se reúne por falta de asistentes.
Entre otras posibles explicaciones, eso pasa cuando no hay cómo justificar el meter más dinero en el presupuesto a mediados de año. En agosto de 2016, por ejemplo.
Para 2018, “otros” y “donaciones” volvieron a la “normalidad”.
Para 2018, el presupuesto del Congreso pasó de S/711 millones a S/709 millones. Rebaja mínima para un país que se declara en austeridad (apenas 0.28%), pero parece razonable que al menos no crezca (por ahora: su presupuesto puede crecer durante el resto del año).
Y entonces, uno se fija en el incremento de los gastos de “personal y obligaciones”: pasaron de S/379 millones en 2017 a S/440.5 millones este año. Es decir que, con respecto al monto aprobado para 2017, el Congreso se aumentó el presupuesto en S/91 millones (16% más).
¡Y de eso, S/61.5 millones fueron solo para contratar gente! Tremendo empleador el Congreso.
La mañana de ayer, Kenji decía en el programa de Rosa María Palacios: “Yo no me siento seguro dentro de las instalaciones del Congreso. Han contratado a más de 600 personas, yo no sé con qué fin”.
Alguien dirá que este Congreso gasta 61 millones más en personal porque hay más comisiones y más trabajo que hacer. Un par de ejemplos: la comisión Lava Jato no encuentra nada aún y hace cinco sesiones que la Comisión de Levantamiento de Inmunidad Parlamentaria no se reúne por falta de asistentes.
Comentarios