El camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres es largo, complicado y, lamentablemente, está lejos de haber terminado. Sin embargo, hay mucho que celebrar, como podrás comprobar en este artículo.
Pedir permiso al marido para trabajar y cobrar
Sorprendentemente, hasta 1960, las mujeres debían pedir permiso a su marido para poder trabajar, cobrar su salario y/o ejercer el comercio. Afortunadamente la Constitución estableció el marco para el desarrollo de las leyes de igualdad .
Abrir una cuenta en un banco
Hasta 1974 una mujer no tenía la capacidad de abrir una cuenta de banco propia.
Hasta ese momento, tampoco podían abrir cuentas corrientes en bancos, sacar su pasaporte, tener carné de conducir y otras cuestiones, sin permiso de su marido. Tener capacidad de obrar de forma autónoma en el sistema jurídico.
Y no solo eso, su marido también podía disponer de todos sus bienes a voluntad, vender propiedades y mover dinero sin su firma. Era como si la mujer fuera una menor a su cargo y él su albacea.
Tomar la píldora anticonceptiva libremente
Se inventó en 1952, pero no fue hasta el 9 de Mayo de 1960 que su uso fue permitido y regulado en Estados Unidos. En Perú, como siempre, llegamos con retraso, legalizando su uso en el 2002, previa bronca con la iglesia , entregando por fin a las mujeres el control sobre su cuerpo y maternidad.
Divorciarse
Fue recién en 1930 que los efectos legales de la iglesia habrían de cesar cuando se implanta el divorcio así como la obligatoriedad del matrimonio civil.
Acceder estudios técnicos y “carreras de hombres”
El 3 de octubre de 1874 después de varios meses de iniciar su proceso para ser admitida en la universidad, la ilustre dama cusqueña Trinidad María Enríquez consiguió a través de una resolución gubernamental, la autorización para matricularse en la universidad del Cusco.
Durante más de una semana, en abril de 1875, Trinidad fue sometida a rigurosos interrogatorios en los cuales tuvo que demostrar los conocimientos necesarios en Ciencias y Letras para ser admitida en la universidad, finalmente, solo una vez superados estos, pudo empezar sus estudios en la facultad de Jurisprudencia convirtiéndose para la posteridad en la primera mujer peruana en acceder a los estudios universitarios.
Tres años después, una vez terminados sus estudios facultativos, Trinidad María recurrió al Congreso para tramitar sus grados académicos. Su solicitud, que por esos meses era atendida en el Parlamento, fue suspendida con la llegada de la Guerra del Pacífico (1879-1884) y solo una vez pasada esta, en 1886, el Parlamento pudo atender su pedido derivándolo a la Corte Superior de Lima, instancia que terminó negando finalmente el bachillerato a Trinidad.
La universidad de Harvard no permitió que las mujeres asistieran a clase hasta 1977, las universidades de Yale y Princeton estuvieron un poco por delante en este tema al admitir en sus aulas a una mujer en 1969.
Esta falta de libertad para elegir el tipo de estudio y carrera, continuó ejerciéndose de forma social hacia la mujer por parte de las familias y varones de la época, hasta la aprobación de las leyes de igualdad . Aun así, el techo de cristal en el mundo laboral y universitario continúa existiendo.
Tener permiso de maternidad
Si una mujer conseguía un puesto de trabajo, lo más seguro es que lo perdiera cuando se quedaba embarazada. Esta no cambiaría hasta 1978.
Asistir a una academia militar Los primeros estudiantes de sexo femenino no fueron aceptadas en la Academia de West Point hasta 1976.
Servir en combate
A pesar de que muchísimas mujeres trabajaron muy duro en algunos puestos del ejército, no se les permitió ir a primera línea hasta hace muy poco, en 2013.
Convertirse en astronauta
La NASA se negaba a tener a una mujer entre sus filas hasta que Sally Ride rompió las reglas en 1978.
Trabajar en un juzgado
Incluso teniendo la educación suficiente y habiendo superado todas las pruebas necesarias, las mujeres tuvieron prohibido ejercer de abogadas hasta 1971.
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