NORVIAL ES MANEJADA POR SOCIOS DE ODEBRECHT GRAÑA Y MONTERO


Las constructoras Graña y Montero (GyM) y JJ Camet Contratistas Generales (JJC), tristemente célebres por asociarse con la brasileña Odebrecht en cuestionadas obras de infraestructura, integran el consorcio Norvial que tiene a su cargo el manejo de la Concesión Vial N° 5 Ancón-Huacho-Pativilca, en cuya jurisdicción se encuentra el serpentín de Pasamayo.

En esta zona, como se recuerda, el martes último un bus de la empresa San Martín cayó al abismo con el saldo trágico de 48 muertos.

Según un documento colgado en el portal del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), la concesión- otorgada en el 2003 por un plazo de 25 años- también incluyó a Besco S.A., una subsidiaria de la chilena Besalco.



En diciembre del 2013, el grupo Graña y Montero adquirió a través de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) la participación de 16.9 por ciento que Besalco poseía en Norvial, de acuerdo a información que el diario Gestión recogió de la Red Iberoamericana de Periódicos Económicos (RIPE) de Chile.

En abril del 2016, el presidente de la constructora chilena, Víctor Bezanilla, dijo que buscaba desarrollar una nueva concesión vial en el Perú por US$ 460 millones junto a GyM, con la que ya llevaba adelante un megaproyecto inmobiliario.

El presidente Pedro Pablo Kuczynski posteó en su cuenta de Twitter que había dado instrucciones al MTC para que inicie un acuerdo con el concesionario Norvial -es decir con Graña y Montero y JJ Camet- que elimine definitivamente el uso del peligroso serpentín de Pasamayo.

Casi paralelamente, el coronel PNP Franklin Barreto, jefe de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito, advirtió en Canal N, a propósito del accidente de la empresa San Martín, que en esa vía de extrema peligrosidad no se han construido guardavías que contengan la caída de vehículos pesados como los camiones y buses interprovinciales que transitan a diario por ahí.



El oficial dijo que en la zona del accidente se ha encontrado de manera espaciada muros de apenas unos 50 centímetros, lo que no permite contener la marcha de un vehículo accidentado- debido a la energía cinética- y reencauzarlo hacia la vía.


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