¿QUIEN PROTEGE A GRAÑA?


Hay más de US$28 millones de coimas en proyectos de Odebrecht y Graña. ¿Por qué nadie se atreve a tocar a Graña?

En diciembre de 2016, Jorge Barata confesó que el socio más importante de Odebrecht en la Interoceánica, Graña y Montero, participó de la coima de US$20 millones a Alejandro Toledo. Graña también fue socia de Odebrecht en la Línea 1 del metro, en que hubo coimas, y en el Gasoducto, en que ya hay acusados por corrupción. Pero a Graña nadie la toca. ¿Es el Perú el reino de la impunidad para los ricos y de la injusticia para el ciudadano de a pie?


El sobreprecio en la Interoceánica es descomunal: US$4 millones por kilómetro o más de cuatro veces el estándar. El costo total se acerca a los US$4,000 millones, mientras que los beneficios son inferiores a los US$1,000 millones utilizando la metodología del SNIP. La pérdida social supera los US$3,000 millones.

La coima a Toledo no fue la única en la Interoceánica. Juan Carlos Zevallos, ex Presidente de Ositran, está detenido por haber recibido US$750 mil. Barata afirma que los de Graña “sabían que tenían que asumir” su parte. Más claro ni el agua. Odebrecht habría pagado más de US$7 millones a funcionarios de rango medio, que ya purgan prisión, por la Línea 1.

Tanto en la Interoceánica como en la Línea 1, Graña cedió a Odebrecht parte de sus utilidades. Es decir, Odebrecht recibió proporcionalmente más de las ganancias que le correspondían sobre el papel. La justificación de Graña fue que Odebrecht incurrió en “riesgos adicionales”. Según la revista Piauí de Sao Paulo, la verdadera razón habría sido que Graña tenía que darle a Odebrecht la parte de las coimas que le tocaba asumir.

El Gasoducto es una estafa monumental. El proyecto pasó de US$1,334 millones a US$7,300 entre 2008 y 2014. En 2008 el financiamiento y el riesgo eran privados. En 2014 Odebrecht y sus socios gozaban de ingresos garantizados de hasta US$912 millones anuales, por 30 años, financiados con aumentos en los recibos de luz. La pérdida social del Gasoducto hubiera superado los US$10 mil millones.



Graña se subió al embuste del Gasoducto en setiembre de 2015. Marcelo Odebrecht ya estaba detenido en Brasil, acusado de corrupción, desde junio de 2015. En marzo de 2016, Odebrecht fue condenado a 19 años de prisión, pero ello no hizo ni pestañear a Graña. Felizmente, el Gasoducto está paralizado desde enero porque Odebrecht y sus socios se quedaron sin plata. La Fiscalía ya formalizó acusación contra ex funcionarios de Odebrecht y de Proinversión por corrupción en la lesiva concesión.

Pero, a Graña no le pasa nada. No se conoce acción de la justicia. No hay ninguna pesquisa seria y concienzuda del “periodismo de investigación”. Las evidencias e indicios de grosera corrupción en los proyectos de Odebrecht y Graña son consecuencia de la información que llega del extranjero y del solitario accionar de un puñado de ciudadanos en el Perú.

Los representantes de Graña acaban de anunciar, con bombos y platillos, que la empresa se ha auto-investigado y se ha auto-exculpado de cualquier acto de corrupción. Pero, ¿es creíble que Graña no haya siquiera sospechado del pago de coimas? ¿No es acaso la primera regla de los negocios que uno pida cuentas detalladas a sus socios? ¿Cómo así Odebrecht corría con el riesgo y el pago de las coimas sin importunar a Graña en lo más mínimo?

Graña seguirá recibiendo puntualmente dinero público por la Interoceánica hasta 2030. El Gobierno ha decidido no intervenir la corrupta concesión. Peor aún, Graña podría recibir una compensación por su “avance” en el Gasoducto. Y, en lo que ya sería un insulto a la economía popular, Graña espera obtener US$1,000 millones de nuevos contratos en el crimen económico llamado Refinería de Talara, cortesía del Gobierno de PPK.

No es de extrañar que el grueso de los “periodistas” y “líderes de opinión” se hagan de la vista gorda con Graña. Muchos de estos “periodistas” y “líderes” estuvieron en la planilla de Odebrecht o recibieron generosas donaciones de los brasileños. Sería, además, un secreto a voces que los dueños de Graña habrían escogido, a dedo, a los directores de muchos “medios de comunicación”.

Pero, los peruanos debemos ser conscientes que, día tras día, nos siguen robando en nuestras narices.

Juan Mendoza, 8 de Noviembre de 2017.

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