Para ese momento los grupos independentistas brasileños apoyan abiertamente la opción de nombrar al regente como cabeza de un gobierno que represente también a sus intereses y les de autonomía de la corte en Portugal.
Pedro desobedece la orden de retornar a Portugal y tras meses de cabildeos y negociaciones proclama la independencia del Brasil el 7 de septiembre de 1822. El 12 de octubre siguiente es proclamado emperador del nuevo estado.