Se aproxima el día



Se aproxima el domingo definitivo. Estamos a doce días de la definición entre Keiko y PPK. No obstante mi posición aprista, tengo libertad para votar ya que no tenemos candidato propio. Por eso, ejercitando esa libertad proclamo en voz alta que votaré por Keiko Fujimori. PPK terminará sepultado electoralmente. Su postulación no tiene destino. El 28 de julio próximo tendremos como jefe de Estado a Keiko Fujimori Higuchi. Será la primera mujer que ejerza la presidencia de la Republica en el Perú, desde la independencia.

En la colonia el virrey Conde de Lemos se fue muchos meses fuera de Lima y el cargo quedó a merced de la virreina Doña Francisca de Borja, quien hasta presidia la Audiencia. Ese antecedente tiene cuatro siglos de antigüedad. Las fuerzas disminuidas de Pedro Pablo terminarán desintegradas y rotando en torno a la triunfadora. Ya lo he dicho mil veces que mi voto, por aprista y pro alanista, era por Alan García Perez; en fin, eso fracasó así que no insistamos en ser profetas del ayer. Bien; ya llegó al día 28, Keiko está con la banda presidencial; el presidente del Congreso es un keikista; igual la mesa de la Cámara; es un poder monolítico.

No sabemos exactamente qué pretenderá la señora Keiko y su ‘team’ que la escolta, pero yo quisiera resumir lo que debe hacerse para que su gobierno no sea una bancarrota de desilusiones. Debe recurrirse al ejercicio del Poder Constituyente. El fujimorismo paradójicamente debe reformar radicalmente la Constitución auspiciada y refrendada por su padre. Para evitar ir a comicios constituyentes marchemos a la reforma en dos legislaturas ordinarias sucesivas conforme lo han permitido ésta y todas las Constituciones del Perú. La primera de esas reformas debe ser restaurar el Senado; para lograrlo si se quiere evitar comicios electorales se puede construir esa segunda cámara por sorteo entre los electos. Así tendríamos por ejemplo que si el Congreso tiene 135 miembros, 35 podrían pasar a ser senadores. Los futuros Senados podrían tener otra composición.

Bien; la organización del país debería ser federal. Y cada región tener sus propias minicámaras. Así se fortalecería y dinamizaría la unidad nacional. El Poder Judicial, sigo con otro tema, debería ser elegido en comicios populares paulatinamente. Igual el Tribunal Constitucional, supremo árbitro, de la vida jurídica nacional y continental del Perú. Sé que seré atacado por sostener esta vía popular. Pero me ratifico en ella.

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