Más allá del silencio obligado de la publicación de las encuestas siete días antes de cada elección, hay uno de mayor alcance. Es el que se produce entre las fiestas de fin de año y los primeros días de enero, pues las empresas también dejan un espacio para el descanso. Sin embargo, la última foto (encuesta) de diciembre no se mantendrá igual. Las encuestas que se publicarán en estos días mostrarán cambios. Entre los cinco candidatos prefijados en el 2015 (si no pregúntenle a la Contraloría), Alejandro Toledo es el que tiene todas las condiciones para ser succionado para abajo.
De los más de una docena de candidatos comparto la impresión de Eduardo Dargent que, Julio Guzmán, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea son los que tienen mejores posibilidades de crecer. Cuando digo crecer, pienso incluso en menos del 5%, pero puede servir de un punto de apoyo para dar un segundo impulso. Esto es posible en vista que un sector del electorado recién empezará a interesarse en la campaña electoral y otro, no menos importante, rechaza a los hasta ahora con mayor intención de voto, por lo que pueden constituir un bolsón sensible a los cambios. Estos tres candidatos aparecen como preparados, serios y, sobre todo, nuevos en la política, aun cuando no lo sean totalmente, sobre todo Alfredo Barnechea.
El crecer ante un (¿tedioso?) panorama casi estático de las intenciones de voto, puede crear un efecto de interés y expectativa, sobre todo en los medios de comunicación. Pero es cierto también que el candidato que crezca, no logre aprovechar esa oportunidad y se estanque y pierda. Pero para eso está la campaña. Nada está dicho.
De los más de una docena de candidatos comparto la impresión de Eduardo Dargent que, Julio Guzmán, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea son los que tienen mejores posibilidades de crecer. Cuando digo crecer, pienso incluso en menos del 5%, pero puede servir de un punto de apoyo para dar un segundo impulso. Esto es posible en vista que un sector del electorado recién empezará a interesarse en la campaña electoral y otro, no menos importante, rechaza a los hasta ahora con mayor intención de voto, por lo que pueden constituir un bolsón sensible a los cambios. Estos tres candidatos aparecen como preparados, serios y, sobre todo, nuevos en la política, aun cuando no lo sean totalmente, sobre todo Alfredo Barnechea.
El crecer ante un (¿tedioso?) panorama casi estático de las intenciones de voto, puede crear un efecto de interés y expectativa, sobre todo en los medios de comunicación. Pero es cierto también que el candidato que crezca, no logre aprovechar esa oportunidad y se estanque y pierda. Pero para eso está la campaña. Nada está dicho.
Comentarios