Keiko y Alan mueven sus fichas


¿Qué candidato logrará construir la mayoría nacional electoral?


La política es un arte que a veces suele ser simple y en otras complejo. Lo simple es decir que las elecciones se ganan con mayorías electorales y lo complejo es encontrar la fórmula para construir esas mayorías electorales.

Keiko ha hecho una jugada arriesgada: reformar su propio partido. Sentada al lado de Steven Levitsky, Keiko ha dicho todo lo que acá no dice. Ha ido hablarle al otro Perú, ese que la mira con recelo. El fujimorismo tiene el voto cautivo de los segmentos D y E, el voto popular, pero le falta el centro, la clase media, ese que está entre el B y C. Coquetea con el estatismo de Petroperú y sin embargo no paga factura. En el resultado de la última encuesta de GFK sube a 34%, a pesar que un 47% de peruanos rechaza al estado empresario.

Resulta paradójico pero la crítica primero ha venido desde los suyos. El arte de un líder es saber dominar a los tuyos, quienes -a veces- te llevan en dirección opuesta. Keiko sabe que no ganará las elecciones si no logra construir una mayoría nacional. El voto fujimorista es recio, duro pero no es suficiente. Keiko también se ha dirigido a sus “halcones”. Quien no entienda el mensaje simplemente tiene las puertas abiertas, así de simple. Entonces Rosas renuncia y pierde un alfil para ganar posiciones. Algunos valoran más la pureza que la victoria, unos eligen ser de derechas o de izquierdas y otros simplemente presidentes.

En la otra acera, García surge como el candidato del aprismo. Quien analice la política como un juego de ajedrez sabrá que solo hay dos competidores de modo que (aunque le disguste a ciertos analistas) PPK sobra en la mesa. Es cierto que las encuestas le dan ahora un 6%, pero seamos honestos, si García creyera en las encuestas entonces no habría disputado la segunda vuelta con Toledo en el 2001 y ganado en el 2006. No obstante, a diferencia de Keiko -que empieza a construir una mayoría para ganar la segunda vuelta- García sabe que el voto duro aprista no alcanza para llegar siquiera al ballotage. Entonces surge la idea de volver a los albores del APRA, es decir convocar un gran frente porque la política enseña a trabajar con gente que no es igual a uno, construir una mayoría electoral incluso con antiguos adversarios -llámese PPC-, movimientos regionales y mostrar lo que su segundo gobierno dejó: 150 mil obras.

Si, como dijimos, la política es como el ajedrez entonces Keiko ha movido ficha en Harvard pero no es dueña todavía del tablero, aunque valgan verdades se está preparando para eso. García sabe que en la guerra como en la política las condiciones nunca las debe poner el oponente, entonces no vale sorprenderse si es que desde Alfonso Urgarte sale una gran coalición para obtener la hegemonía del tablero electoral.

Mientras esto sucede, Mario Vargas Llosa irrumpe con su apoyo a PPK porque reconoce que la jugada está entre Keiko y García. Pero siendo honestos, la palabra y la garantía de Vargas Llosa vale hoy lo que cuesta un vuelo a Madrid.

Por: Iván Arenas

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