Precios de alimentos siguen subiendo


En las cifras anualizadas del Instituto Nacional de Esta­dística e Informática (INEI), el azúcar se ha incrementa­do en 21.76%; el choclo en 20.52; el pejerrey en 20.37%; la menu­dencia en 9.73%; y el trigo en 7.88%.

Hasta el arroz con lentejas amenaza abandonar la mesa de los lunes. Esta menestra suma un incremento ponde­rado de 40.3%. Su precio se cotiza cada vez más en plazas y mercados que ya hasta el tristemente célebre Pepe Julio Gutiérrez la exigía en millones para firmar la tregua en el conflicto de Tía María, en lugar de euros o dólares.

El pollo es tan inalcanzable para los peruanos como los mismísimos ánge­les de Victoria’s Secret. En los merca­dos de Lima, el ave desfila a precios de 8 y 8.50 soles, un sol más que la sema­na anterior.

Si se gana 30 mil soles como mi­nistro, la inflación –como el que te puedan cogotear en la esquina– no resulta tan preocupante. Pero la situa­ción cambia angustiosamente para los peruanos que no viven, sino tienen que ingeniársela para sobrevivir con el sueldo mínimo. Y es que, mientras su remuneración está congelada en 750 soles, el valor adquisitivo de ese dinero está condenado a comprar, día a día, cada vez menos.

Por eso es que con justa razón ti­rios y troyanos coinciden en que “la inflación es el impuesto a los más po­bres”. Y que esta se incremente o se mantenga estable es gracias a lo que haga o deje de hacer el Gobierno.

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