La reunión del CADE2013 puso en agenda una serie de compromisos de los principales sectores económicos del país; entre ellos, el financiero. Este año, ad portas de una nueva edición y una revisión de los avances de tales promesas, tenemos una coyuntura especial que debemos saber interpretar. Es cierto que la economía peruana –a pesar de que sigue creciendo– está hoy en desaceleración y, lógicamente, nos preocupa a todos. No solo por el tema económico, sino por el político. Y es que, luego de unas elecciones municipales y regionales bastante tibias, hay resultados en provincias que nos dejan una bataola de dudas sobre la sostenibilidad de algunos proyectos de inversión y, por tanto, sobre el futuro desarrollo del país.
Si queremos una economía que siga creciendo y podamos seguir superando a México, Chile y Brasil, según las cifras proyectadas por el FMI, es indispensable que cada uno ponga de su parte y así sumar esfuerzos. No es momento de pensar en intereses pequeños, es momento de pensar en los intereses colectivos, que son, finalmente, lo que nos puede ayudar a que el PBI peruano continúe, como este año, creciendo más que el de nuestros vecinos. Sin ir muy lejos, de acuerdo a cifras del FMI, el PBI de nuestro país se expandiría en 3.6% en el 2014, por encima del estimado del crecimiento de México (2.39%), Chile (2%) y Brasil (0.3%). Considero que estamos más cerca al 3%. Sin embargo, si queremos continuar con este avance, es necesario reducir los riesgos que podrían detenerlo.
Los bancos estamos tomando acciones para promover una mayor inclusión financiera, que permita que aquellos peruanos que hoy no pueden acceder a los beneficios del sistema, puedan hacerlo pronto. Tenemos claro que es necesario reducir la pobreza, y la única forma es promoviendo no solo el crecimiento económico sino, principalmente, el desarrollo sostenible de quienes menos tienen. Acceder a créditos formales, con condiciones que se ajusten a las necesidades de cada uno, siempre es un camino para mejorar nuestras condiciones de vida.
Estoy convencido de que los peruanos de a pie –aquellos que todos los días salen de sus hogares para trabajar y procurar el sustento de sus familias– estamos también comprometidos con este esfuerzo de avanzar hacia el desarrollo sostenible. Ahora, lo que necesitamos y exigimos los peruanos es que las nuevas autoridades elegidas se sumen a esta cruzada con soluciones creativas, que beneficien a todos y no solo a unos cuantos. No me cansaré de insistir en la importancia de que nos acostumbremos a pensar en “país”; de lo contrario los esfuerzos que podamos hacer individualmente no llegarán a buen puerto y al final todos sufriremos las consecuencias. Lamentablemente, consecuencias de actitudes individualistas ya las venimos padeciendo en algunas zonas del país y encasillan a muchos peruanos en la pobreza. Esperamos que las nuevas autoridades tomen decisiones que nos permitan ponerle primera al vehículo del desarrollo llamado Perú. Ya basta de ponerle freno. La CADE de este año traerá novedades que estoy seguro de que pueden inspirar a nuestras nuevas autoridades para tomar las mejores decisiones para todos.
Si queremos una economía que siga creciendo y podamos seguir superando a México, Chile y Brasil, según las cifras proyectadas por el FMI, es indispensable que cada uno ponga de su parte y así sumar esfuerzos. No es momento de pensar en intereses pequeños, es momento de pensar en los intereses colectivos, que son, finalmente, lo que nos puede ayudar a que el PBI peruano continúe, como este año, creciendo más que el de nuestros vecinos. Sin ir muy lejos, de acuerdo a cifras del FMI, el PBI de nuestro país se expandiría en 3.6% en el 2014, por encima del estimado del crecimiento de México (2.39%), Chile (2%) y Brasil (0.3%). Considero que estamos más cerca al 3%. Sin embargo, si queremos continuar con este avance, es necesario reducir los riesgos que podrían detenerlo.
Los bancos estamos tomando acciones para promover una mayor inclusión financiera, que permita que aquellos peruanos que hoy no pueden acceder a los beneficios del sistema, puedan hacerlo pronto. Tenemos claro que es necesario reducir la pobreza, y la única forma es promoviendo no solo el crecimiento económico sino, principalmente, el desarrollo sostenible de quienes menos tienen. Acceder a créditos formales, con condiciones que se ajusten a las necesidades de cada uno, siempre es un camino para mejorar nuestras condiciones de vida.
Estoy convencido de que los peruanos de a pie –aquellos que todos los días salen de sus hogares para trabajar y procurar el sustento de sus familias– estamos también comprometidos con este esfuerzo de avanzar hacia el desarrollo sostenible. Ahora, lo que necesitamos y exigimos los peruanos es que las nuevas autoridades elegidas se sumen a esta cruzada con soluciones creativas, que beneficien a todos y no solo a unos cuantos. No me cansaré de insistir en la importancia de que nos acostumbremos a pensar en “país”; de lo contrario los esfuerzos que podamos hacer individualmente no llegarán a buen puerto y al final todos sufriremos las consecuencias. Lamentablemente, consecuencias de actitudes individualistas ya las venimos padeciendo en algunas zonas del país y encasillan a muchos peruanos en la pobreza. Esperamos que las nuevas autoridades tomen decisiones que nos permitan ponerle primera al vehículo del desarrollo llamado Perú. Ya basta de ponerle freno. La CADE de este año traerá novedades que estoy seguro de que pueden inspirar a nuestras nuevas autoridades para tomar las mejores decisiones para todos.
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