JAVIER ALVARADO, ENTRE CHAMANES Y ESCENARIOS POSIBLES

Por: Javier Iván ArenasLa física moderna dice que en, casi, todo lo que hacemos y conocemos el caos y la entropía es la regla general. Pasa de igual manera en la política. Por ende para ordenar el caos y detener la entropía debemos tener información, anticiparla y gestionarla. En un mundo cambiante como este es la información la que también fluye a proporciones gigantescas como inmediatas. La planificación y la construcción de escenario de futuro (futuribles) son herramientas que, de forma alguna, advierten los hechos y generar condiciones para adecuarnos positivamente a sus impactos.

Si la campaña regional no ha empezado con la fuerza que se esperaba meses atrás es porque precisamente hay grandes dudas e interrogantes que llevan a una situación de entropía política. Para decirlo en cristiano, el gran enigma de nuestros días es saber si el presidente regional Javier Alvarado va a la reelección o da el paso al costado que muchos quieren. Esta es la principal razón que la guerra electoral esté todavía en foja cero, y ante tanta insistencia de saber el futuro, magos y chamanes están solicitados. Una bofetada para la ciencia pura y dura.

Hagamos un ensayo bastante humilde de lo que podría venir.

Escenario A.
Javier Alvarado va a la reelección. Tendría primero que renunciar antes de la primera semana de junio dándole todo el poder a la vicepresidente Lita Román, su enemiga número uno. Como en política nada está escrito Alvarado y Román podrían llegar a un “consenso” para que ésta última no investigue los varios casos de corrupción que actualmente hay. Eso implica que Román olvide la guerra personal que Alvarado emprendió en juzgados y medios de comunicación. Francamente algo difícil pero no imposible. O podría suceder todo lo contrario y Román, en el poder, decida emprender una “guerra” contra Alvarado. En cuatro meses a punta de portadas periodísticas la imagen de Alvarado podría verse reducido a cero. En este mismo escenario podría suceder que ambos postulen, siendo Lita la más perjudicada ya que sería casi una obra del cielo que quede entre los primeros lugares y desperdicie los meses de poder regional. Aun así, si Alvarado va a la reelección es casi improbable que supere el 30% en primera vuelta lo que obligaría a un balotaje. El otro lugar estaría entre Chui, Palomino o algún candidato que goce de recursos y logística para romper unas elecciones atoradas por la capacidad de inversión montería. En segunda vuelta otra es la novela.

Escenario B. 
Javier Alvarado desiste de la reelección para evitar que Lita Román asuma la conducción de la región. Enviaría entonces a un socio o compañero de camino, un operador político como el actual gerente general Enrique Fernández Estrella que defienda la gestión y haga el milagro de una reelección. También podría “arreglar” una salida institucional ventajosa con algún candidato nuevo, de preferencia sureño, comprometiéndose ambos a que no se investigue su gestión y que la burocracia sea repartida en proporciones iguales. Porque seamos objetivos, Alvarado tiene la enorme estructura del Estado regional y lo utilizará vaya o no a la reelección. Y este gran aparato es también su gran arma de negociación. En este escenario hay también segunda vuelta pero ya no habrá un solo espacio sino dos y allí todos (léalo bien; ¡todos!) tienen opción. Y la piñata sería entonces el ex presidente Nelson Chui. Las debilidades de Alvarado son las fortalezas de Chui. La némesis de Alvarado es Chui y si éste está tan vigente es porque contrapone su gestión ante la supuesta “eficiencia” de Alvarado. Todos los candidatos tratarán de bajarse a Nelson Chui, que solo teniendo una gran capacidad de respuesta podría salir bien librado. En esta lógica de cálculo costo – beneficio tampoco se descarta que Alvarado haga alianzas tan sorprendentes para cualquier analista.

Lo que sí es completamente seguro (y no se han dado cuenta los rivales políticos) es que sería un gran golpe para el ego de Javier Alvarado perder en ambos escenarios y como decía Winston Churchill la mejor lección para un político es la derrota, algo que Alvarado sin duda teme por dos razones: primero porque tiene la ventaja de tener el poder del estado y luego porque tiene una racha ganadora que no quiere manchar con un fracaso en las elecciones. Creo que en el mundo de lo posible todo puede darse. El consejo para los candidatos regionales es que hagan una buena lectura de la realidad y jubilen a los chamanes o magos que la ciencia, a veces, acierta mejor.

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