MADRE CORAJE VIVE EN LA INDIGENCIA

Dicen que para una madre no existen imposibles cuando se trata de cuidar a sus hijos y brindarle todo el amor que se merecen. Esta es la historia de una dama de 39 años con 8 hijos que vive muy cerca al margen izquierdo del Rio Huaura. “Yo trabajo más de 8 hora al día para que nada les falte a mis hijos”, nos comenzaba a contar.

María Ortiz Soto -natural de Huaraz- trabaja en el programa de segregación de residuos sólidos en el distrito histórico y vive en la zona de Carquin Chico – Hualmay. Sus hijos Melina (22), Deyvis (20), Jesusa (17), Hipólito (15) Eustaquio Ortiz y Maribel (11), Rubí (6), Janpier (4) y Yuri (2) Fernández Ortiz son su motivación diario para luchar y salir adelante. Ellos viven en una choza de esteras y plásticos que se están cayendo a pedazos.

“Necesito que las autoridades me ayuden porque lo que ganó no me alcanza”, señalando su precaria casa que sueña algún día sea de adobe. “Soy madre soltera y como sea hago para comer y estudien”, nos sigue contando afligida doña María mientras vemos que la oscuridad nos abraza en ese crudo lugar rodeada de insectos y roedores producto del camal y el rio Huaura que están cerca.

Es el momento que las autoridades distritales y de salud velen por ellos porque Maribel (11) nació sin su orificio para evacuar y sufre mucho de estreñimiento. “Mi hijita estuvo 5 años con una tripita por donde hacia sus necesidades, después la operaron, le hicieron su recto pero no quedó bien y siempre se siente mal”, nos contaba pensando que ya habíamos escuchado todo.

Mientras nos invitaba a ingresar a su casa -vimos una pequeña ollita donde calentaba sopa- no dijo algo que nos golpeó duramente. “Mi otra hija, cuando vivíamos en casa alquilada, un señor la molestaba y se aprovechó de ella. Yo no sé cómo pasó todo pero ya lo denuncié. Ahorita ella se encarga de ver a mis demás hijos en el día mientras yo trabajo”.

Seguidamente nos insistía en pedir ayudar en víveres y ropa. “Papá -una forma de llamarme- que me ayuden por favor, mi segundo esposo me abandonó y el primero murió hace más de 10 años”. En ese instante salió Deyvis (20) y nos saludó con mucha humildad, lo saludamos y le preguntamos cómo hacía para ayudar a su mamá. “Yo trabajo en una ferretería de Huacho, estuve estudiando en Komatsu manejo de maquinaria pesada, pero por falta de dinero no saque mi certificado y tampoco tengo brevete”, nos refirió.

Sus demás hijos de doña María nos miraban mientras Jesusa, sentada en un adobe, cocina a leña la sopa y la leche que serían su cena de hoy. Ya nos teníamos que ir pero le hicimos la promesa de volver y dar a conocer su caso ante las autoridades y buscar la ayuda necesaria para que tenga una mejor calidad de vida.

Así fue pues que nos despedimos dejándolos cenar y mientras caminábamos reflexionamos que no es posible que todavía existan personas que vivan en la extrema pobreza y que el gobierno no haya llegado a ellos. Para cualquier ayuda con vivires y ropa pueden hacerla llegar a su humilde vivienda que queda detrás del cementerio y camal en Hualmay, como referencia la margen izquierda del rio Huaura muy cerca al reservorio de color celeste. También pueden comunicarse a los teléfonos celulares 984602368 – 940713525 donde toda ayuda será bien recibida.

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