OPINIÓN: AGUA PARA EMAPA. ¿LLEGO EL MOMENTO DE PRIVATIZARLA?

Por: Javier Ivan Arenas

EMAPA Huacho la empresa estatal que gestiona el agua potable ha señalado que incrementará la tarifa del servicio en más de 40%. No es nueva la noticia. Desde el 2009, EMAPA viene incrementando la tarifa pero esta es la subida más abrupta que ha tenido. ¿Qué incentivo tienen los consumidores del servicio para aceptar tamaño incremento si la calidad es propia de un país africano? Ninguna.

En un repaso por el servicio que ofrece EMAPA encontraremos  por ejemplo que los consumidores tienen el servicio de agua solamente de dos a cuatro horas por día. El corte es constante y casi siempre está asociado a una interrupción abusiva sin previa información o conocimiento, un trato sin duda irrespetuoso al ciudadano – cliente. Además de lo ineficaz del servicio la gestión es deplorable. Se sabe que adquirieron alrededor de cuatro mil medidores de agua instalando solamente el 20% de estos. Es decir la administración es tan ineficiente que no ha podido ejecutar lo planificado. A esto se suma una infraestructura caduca, una red de tuberías que es causa de aniegos, robos y en casos extremos el agua se contamina con heces humanas. ¿Puede justificarse el alza tarifaria con un servicio público de esta magnitud?

Un pretexto para el alza, ha dicho Emapa, es que mejorarán la calidad, el otro pretexto, el que no quiere decir pero es una verdad tácita, es que están en bancarrota. Para la primera razón no hay mayor argumento válido. Si el servicio de agua potable es muy malo y atenta contra la calidad de vida del ciudadano no es porque sea barato sino porque la gestión y la administración es deficiente. Emapa no es una empresa de servicio al ciudadano sino una empresa botín que sirve a los políticos de turno. Se ha convertido en un elefante político de empleos estatales cuando debería ser una empresa enteramente técnica.
¿Cómo resolver el problema? Si la gestión es la génesis de todos los problemas allí radica la discusión. ¿Crear una fórmula de alianza pública privada de la administración y gestión del agua, como creo debe ser o como algunos piensan, inspirados en modelos comunitarios, haciendo participar a la población  en las decisiones? En defensa del primero suele ponerse a Aguas de la Habana, empresa española que gestiona el agua potable de la ciudad bastión del romanticismo socialistoide. Aunaremos a esto que una empresa privada encuentra mayor rentabilidad si expanden su servicio o producto a mayor público y con mejor calidad. Además una empresa privada será siempre fiscalizada imponiendo penalidades monetarias si es que ocurriera un accidente o el servicio es deficiente (algo impensable con Emapa) La otra propuesta, que aunque no deja de tener buenas intenciones es insertar  el modelo de participación de la comunidad. Apelando a la buena fe y al bien común, palabrita muy tocada, los defensores de la participación comunitaria olvidan que la inclusión de la comunidad en una materia muy  técnica como es la gestión del agua potable solo traería incentivos perversos (poca participación, desinformación, ambiciones políticas) como ya ocurre con otros modelos participativos  como la priorización de proyectos mediante el presupuesto local.


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