El 4 de mayo de 1982; en el contexto de la Guerra de las Malvinas, solo dos días después del hundimiento del ARA Belgrano, buque insignia de la Armada Argentina; las fuerzas argentinas atacan el buque británico HMS Sheffield, destructor insignia de los británicos que resulta alcanzado en su sala de control por un misil Exocet de fabricación francesa, disparado desde un avión caza bombardero argentino. El golpe al Sheffield se convertirá en un duro revés para los británicos que pensaban que los destructores pondrían avanzar hacia las Islas sin que los aviones argentinos se animaran a atacarlos, lo que fue una grave subestimación de los británicos.
Fue tal el gran desarrollo de los pilotos argentinos que por su acción espectacular a principios de junio cuando la guerra estaba perdida ya, prolongaron la guerra una semana más al hundir 3 barcos británicos y dañar otros 4 en un solo día.
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