Ricardo Orellana se encontraba con su enamorada divirtiéndose alegremente en la discoteca Candilandia, cuando un atrevido venezolano (de esos que han llegado a refugiarse en nuestro país), le metió la mano al trasero de su enamorada, ante tal acción la joven reacciono abofeteando a este sujeto, a lo que el extranjero reacciono violentamente.
Ante tal situación su pareja intervino y se originó una tremenda gresca donde este sujeto de nacionalidad venezolana y que responde al nombre de José Fady Salazar Moreno (28) tomo una botella rota y le propino severos cortes en la cara, cabeza, cuello y brazo del empresario quien tuvo que ser llevado de urgencia al hospital pues los cortes fueron cercanos a la yugular.
Este venezolano de comportamiento delincuencial fue detenido por la policía, pero lo increíble es que luego de las demandas correspondientes y el pedido de prisión preventiva para este sujeto que estuvo a punto de asesinar al empresario peruano, un juez Ubaldo Callo Deza de dudosa reputación lo dejo en libertad con el pago de una caución de apenas mil soles.
El sanguinario hecho se registró en la madrugada del último 18 de diciembre en la cuestionada discoteca “Candilandia”, ubicada en la Av. 28 de julio en Huacho.
A Ricardo Orellana le pusieron más de 50 puntos y se encuentra en recuperación, lo que significará varios meses inactivo, asimismo tendrá que realizarse cirugías estéticas para mejorar su apariencia tras el cobarde ataque. Mientras tanto, el agresor se encuentra en libertad, por ello la indignación se apodera de sus familiares y amigos que apelarán la decisión del juez.
Si bien es cierto que hay muchos venezolanos que se ganan dignamente el pan en las calles de nuestra ciudad, no se puede tolerar este tipo de actitudes de sujetos que se comporten como delincuentes en nuestro suelo peruano y se debería pedir su deportación inmediata, sin embargo por alguna extraña razón las autoridades han sido benévolas en este caso.
Se conoce que el agresor es barbero y apenas lleva dos semanas en nuestro país y su accionar violento es un peligro para la ciudadanía, ya que esta situación le pudo haber pasado a cualquiera.
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