El papa Francisco afirmó hoy que la teoría científica del "Big Bang" sobre el origen del universo "no se contradice con la intervención de Dios, sino que la exige" y que "el principio del mundo no es obra del caos, sino que deriva directamente de un poder supremo creador del amor".
En estos términos se expresó el obispo de Roma durante un discurso pronunciado este lunes en ocasión de la inauguración de un busto de bronce en honor al papa emérito Benedicto XVI, en la Pontificia Academia de las Ciencias en el Vaticano.
El papa criticó que cuando se lee en el libro del Génesis cómo fue el origen del mundo, se piensa "en un Dios mago, que con una varita mágica ha creado todo, pero no es así".
"Él creó a los seres y les dejó que se desarrollaran de acuerdo a las leyes internas que les dio a cada uno, para que evolucionaran, para que llegaran a su plenitud", aseguró Jorge Bergoglio, antes de añadir que "así es como el mundo fue avanzando siglo a siglo, milenio a milenio, hasta llegar a lo que es hoy".
Finalmente, Bergoglio afirmó que la responsabilidad del científico, "sobre todo el científico cristiano, es preguntarse sobre el porvenir de la humanidad y del mundo" para ayudar así a "preparar, preservar y eliminar los riesgos que puedan existir, tanto naturales como por acción del ser humano".
"El científico debe actuar (...) para lograr alcanzar el grado de desarrollo incluido en el diseño del Creador", concluyó.
En estos términos se expresó el obispo de Roma durante un discurso pronunciado este lunes en ocasión de la inauguración de un busto de bronce en honor al papa emérito Benedicto XVI, en la Pontificia Academia de las Ciencias en el Vaticano.
El papa criticó que cuando se lee en el libro del Génesis cómo fue el origen del mundo, se piensa "en un Dios mago, que con una varita mágica ha creado todo, pero no es así".
"Él creó a los seres y les dejó que se desarrollaran de acuerdo a las leyes internas que les dio a cada uno, para que evolucionaran, para que llegaran a su plenitud", aseguró Jorge Bergoglio, antes de añadir que "así es como el mundo fue avanzando siglo a siglo, milenio a milenio, hasta llegar a lo que es hoy".
Finalmente, Bergoglio afirmó que la responsabilidad del científico, "sobre todo el científico cristiano, es preguntarse sobre el porvenir de la humanidad y del mundo" para ayudar así a "preparar, preservar y eliminar los riesgos que puedan existir, tanto naturales como por acción del ser humano".
"El científico debe actuar (...) para lograr alcanzar el grado de desarrollo incluido en el diseño del Creador", concluyó.
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