¿COMO ROBAN LOS ALCALDES?

POR: JUAN CARLOS TAFUR

1- La cosa empieza desde que son candi­datos y reciben donaciones de diversas per­sonas o empresas para financiar su campa­ña electoral, pero en lugar de gastar todo lo recibido se guardan una parte importante para “contingencias”.

2- Apenas asume el cargo, el electo con­fecciona la lista de todos los proveedores a los que el municipio les debe dinero. Luego, hace que se les llame para indicarles que si quieren cobrar de inmediato, deben dejar un 10% de comisión.

3- Se arman cientos o miles de peque­ños contratos que por su monto no estarán sujetos a control ni requisitos de concursos públicos o licitaciones. Se “hacen” obras intangibles (mantenimiento de semáforos, por ejemplo) que no se puedan contrastar y se crea una red de empresas fantasmas, creadas ad hoc por amigos, que cobran y luego le reembolsan al alcalde.

4- Si una obra excede los montos colo­cados bajo el radar de la ley, tampoco es complicado. Se coordi­na con los postores y se los pone de acuerdo: unos harán unas obras, los demás otras, pero todos simu­larán com­petir. Y se concilia para que todos propon­gan cifras muy por encima de lo requerido, a cambio de que un porcentaje de la utilidad se quede en casa.

5- También se puede convocar a una su­basta pública casi en secreto, un viernes y se “abren los sobres” el sábado o domingo. Aprovechando la sorpresa se le pasa la voz a postores amigos para que “ganen”.

6- Se manda inspectores municipales a cerrar mercados, zonas informales o lo­cales, y luego se les pide dinero a cambio de no volverlos a molestar durante todo el mandato (por ejemplo, a empresas de transporte, comerciantes informales, imprenteros, por citar algunos casos “hipoté­ticos”).

7- El cambio de zonificación, por supues­to, es siempre una buena opción. Cambiar los permisos de una zona de cuatro a ocho pisos, supone una ganancia para las inmobi­liarias de cuatro o cinco millones de dólares por proyecto. Algo jugoso caerá de allí.

Todo esto es conocido y se hace desde hace décadas con total desparpajo. Y si así es en las alcaldías, en las regiones o en el gobierno central es aún peor.

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