¿LA IZQUIERDA GANÓ LAS ELECCIONES?

Rechaza el modelo económico y organiza estrategias en el sur minero

Cuando en la primera vuelta se supo que serían Keiko Fujimori y PPK (en orden de llegada) quienes pasaban al balotaje, analistas y periodistas ensayaron la siguiente explicación: una mayoría de peruanos (casi 60% entre ambos candidatos) se había decantado por mantener el modelo económico y el establishment. De allí que Verónika Mendoza, la candidata de izquierda, a pesar del sorprendente crecimiento en los días previos, no pudo pasar a PPK para disputar, junto a Keiko, la presidencia. No obstante, hoy luego de que PPK ganara las elecciones, de forma audaz la izquierda ha tomado iniciativas ante el aparente desconcierto y la debilidad de los pepekausas.

¿Cómo así la izquierda gana terreno en la “guerra de trincheras”, si se presume que una mayoría votó por la continuidad del modelo económico? Bueno, todo indica que la izquierda ha definido muy bien sus objetivos y sus estrategias. Primero, buscó un gobierno débil y lo consiguió. El apoyo en segunda vuelta a PPK va en esa lógica. Todos sabemos que el nuevo gobierno tiene dos grandes debilidades: una en el Congreso y otra en calle. Debilidades que Toledo, García y Humala no tuvieron.

Pero quizá el objetivo central de la izquierda sea llegar al 2021 con una fuerza social importante para disputar la segunda vuelta con un probable candidato fujimorista. No obstante, es imposible que la izquierda obtenga alguna ventaja si no se abre una “ventana de oportunidad”. En tal sentido, el éxito económico que podría tener el nuevo gobierno de PPK sería el más grande escollo para que se abra esa ventana para la izquierda.

De allí que Mendoza, Francke o Arana insistan en el relato de tender puentes con el nuevo presidente, pero que afirmen que no aceptan a Alfredo Thorne en el Ministerio de Economía; es decir, no se acepta el modelo económico. O que en los próximos días, la CGTP, sindicato en manos de “Unidad”, organice un paro macro en seis regiones sureñas contra el proyecto minero Tía María. En el fondo es un pulso con el gobierno.

Parece que si algo aprendió la izquierda es a plantearse objetivos más allá del pequeño plazo. La estrategia le está saliendo redonda. Hoy la izquierda, en ese jugueteo de fichas, también pretende colocar en la percepción general que el fujimorismo impide la gobernabilidad con su fuerza parlamentaria. Menudos dilemas. En todo caso, ya era hora de que la izquierda mueva fichas y juegue a la política. Porque así como gana puede también perder. Nadie gana o pierde si no está en el juego. Por lo pronto, la izquierda se mueve como si hubiera ganado las elecciones.

IVAN ARENAS 

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