Sara Joffré, mujer de teatro (1935-2014)

Ha dicho el dramaturgo César de María:" Se fue de este mundo Sara Joffré, mujer tan admirable que se opuso siempre a que la admiren. Enemiga de la ociosidad, la superficialidad y la hipocresía, y amiga del trabajo intenso y productivo, de la búsqueda sin fin, de los jóvenes y del pensamiento atinado y creativo. Poeta, dramaturga, directora, actriz, editora, traductora y pionera en mil cosas más, Sara fue un ejemplo de -nunca mejor dicho- intensidad y altura. La llamé siempre mi madre teatral y medio en broma, medio en serio, me mandaba a volar cada vez que lo decía. Por lo mucho que le debemos y por lo muchísimo que recibí de ella, despidámosla con ese aplauso interior que su grandeza merecerá siempre"

La trayectoria de Joffré y su vida dedicada al teatro, a despecho de ese rechazo a la admiración que refiere De María, se volvieron en sí mismas una institución de las tablas peruanas.

En esta conferencia, Ernesto Ráez hace un prolijo recuento de la trayectoria de Sara, explicándonos cómo las inquietudes de ella fueron siempre las de la época que le tocó vivir.

 

Joffré fue fundadora, en 1963, del grupo Los Grillos (Homero Teatro de Grillos), pionero en nuestro país del teatro para el público infantil. En ese campo, se compró la labor de difusión, traduciendo textos de la disciplina y compilando las obras dirigidas a los más chicos.

También fundadora de la Muestra de Teatro Peruano, en 1974, que en esos años agitados por gentes inconformes, lograría en pocos años estructurar una escena de alcance nacional y quebrar la hegemonía de la producción limeña en la atención pública y en la autoconciencia de los creadores teatrales de nuestro país. Claro que no fue una tarea sencilla, y hubo que esperar casi hasta el fin de los setenta para que la descentralización se haga realidad.

Ya entrados los años 80, y encarrilada la Muestra del Teatro Peruano, fundó la popular Muestra de Teatro Universitario (1986). Y cuando ya había hecho de todo, incansable, fundó con el inicio del siglo XXI la revista "Muestra" ("con el interés de dar fe de nuestra dramaturgia"), que bajo un modelo cooperativo y autogestionario fue durante sus catorce años de existencia una plataforma para lanzar al ruedo a los nuevos dramaturgos peruanos, entrevistándolos y publicando sus obras.


Pero Sara estuvo lejos de quedarse en los momentos fundacionales. Fue una persistente continuadora, y por ello, alguien que en el quehacer mismo, buscó establecer los pilares de la tradición de nuestra tablas. Escribir una historia (como su imprescindible "Teatro hecho en Perú", de inicios de la década pasada). Y por eso investigó, publicó, enseñó y formó -con las armas de la severa crítica- a las nuevas generaciones.

“Todavía hay gente que cree que para que exista teatro tiene que ser como el de Europa, pero no. Y lo que sucede es que hemos sido muy flojos para dar a conocer nuestra creación (...) Somos culpables de no alimentar la fortuna crítica de nuestro propio país. Y es ese trabajo, el trabajo crítico, el que hace que la creación de nuestros países, esa tradición tan rica, se reconozca como merece”, señaló hace unos pocos años, en una entrevista con motivo de su participación como jurado en el premio Casa de las Américas.
Escuchemos la historia de Sara, que ella misma nos la cuente:

 

Sara parte cerca del 52 aniversario de su primera puesta (En el Jardín de Mónica y Cuento alrededor de un círculo de espuma, el 26 de Enero de 1962), que llevó a cabo junto a Alonso Alegría en el local original del Club de Teatro de Lima, de Reynaldo D´Amore. Es un momento que representa un verdadero eslabonamiento entre lo establecido por entonces y la nueva vida teatral que empezó a asomar a inicios de los sesenta.

En una entrevista reciente, Sara, haciendo gala de aplomo en un momento en que tras casi quince años cerró "Muestra", dijo: "La muerte es bonita, yo no voy a velorios porque la gente llora, cuando es una celebración".

Celebremos pues a Sara Joffré, ahora que ha partido.

fuente: La Mula

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